Amo
a mis vecinos. Les perdono de corazón, a pesar de las constantes molestias
auditivas que me causan con sus extraños ruidos secos y sus envolventes pisadas
de elefante. De hecho, es probable que estén ahí, entre otras cosas, para que
yo pueda evolucionar. Ayer empecé a escribir un patético poema con esta frase:
“Es Navidad, pero al vecino de arriba, con tal de pisotear, le da igual”.
Estuve tentado de seguir desarrollándolo, más por alivio que por ejercicio
literario, pero afortunadamente la musa me abandonó y no llegué a emborronar la
cuartilla del todo. En el espacio en blanco que quedó libre, me puse a escribir
esta nota de agradecimiento a mis vecinos de arriba por su ayuda a la hora de
convertirme en una mejor persona gracias a haberme hecho descubrir cómo soy en
realidad bajo los efectos del ruido que invade el espacio sagrado de mi hogar
como un intruso sibilino. Por lo que he leído últimamente, soy yo quien les doy
permiso para molestarme, es mi mente la que les da forma al sentirse violentada
y obstinarse en tomarlo como algo personal, mientras que, según ciertas
filosofías budistas, el ruido que hacen no debe afectarme, ya que todo está en
mi actitud al escucharlo, todo radica en la facultad que posee mi mente para
relegarlo a un segundo plano, casi como si fuese un apacible hilo musical, y los
enervantes efectos que me provocan ni tan siquiera existen realmente. Por otra
parte, nunca antes en mi vida había tenido que utilizar tapones para los oídos,
con lo que no había prestado atención a los sonidos internos de mi cuerpo, ni
había escuchado música a todas horas para apagar el sonido ambiente. Así pues,
agotados los insultos, el trasnochado recurso al golpeteo en el techo con el
palo de una escoba y la recurrente maldición siciliana, he decidido
bendecirlos. Os amo, queridos vecinos de arriba…
domingo, 29 de diciembre de 2013
viernes, 27 de diciembre de 2013
Alas de luz dorada
El poema que estáis a punto de leer es un homenaje a mi madre, Rosalía, que se marchó de este mundo físico un día de Año Nuevo, el momento del año en que el Sol está más cerca de la Tierra, hace ya cinco años, para reencontrarse con su esposo, Santiago, a quien echó de menos durante toda su vida. Así, con estas alas doradas, realizada y en plenitud, me imagino a una persona que, además de madre entrañable, fue un alma dotada de inocencia y pureza (precisamente, hoy es el día de los Santos Inocentes), un ser de quien todos tenían siempre algo bonito que decir. ¡Querida Rosalía, brilla en tu eterno descanso!
Alas de luz dorada
me rozaron hoy el alma.
Alas de luz dorada
iluminaron mi casa.
Y mi corazón por fin sintió infinita paz
y mi corazón por fin bebió de la copa
del néctar divino que tú portabas.
Mágicos destellos,
centelleantes chispas,
la sabiduría se revela
y mi alma canta.
Si quieres recibir esta mágica visita,
que también el Cielo llegue hasta ti.
Cierra tus ojos ahora,
mira en tu corazón,
ahí, en el fondo.
¿Ves cómo resplandece su Luz Dorada?
¡Oh, Ángel, que siempre me acompañas!
A media noche, el día 31, enciende una vela,
recógete en tu interior, espera.
El resplandor de Capricornio
en la quietud... ya se acerca
y sus dones puedes recoger:
Paciencia, perseverancia, concentración,
sentido de la responsabilidad,
fortaleza y estabilidad.
Disponte para, con serenidad,
ir paso a paso escuchando
lo que tu semilla interior
te ha de revelar
para, día a día, realizar.
Alas de luz dorada
en la calidez de la noche,
sé que siempre avanzar podré
porque sé que a mi lado siempre estás.
Oh, Ángel de la Vida,
Oh, Ángel de la Luz,
Ángel de la Dulzura,
En este viaje de retorno
sé que mi misión bien cumplida está.
Es la hora de mi regreso,
en esta fiesta de Santa María Madre de Dios, y
todo el amor de madre que Dios me inspiró
en vuestro recuerdo con alegría y dulzura
sé que lo mantendréis.
Alas de luz dorada,
frescor en la mañana,
mi espíritu reposa
y mi alma recibe vuestro amor,
queridos hijos e hijas,
bendecíos mutuamente,
seguimos unidos siempre,
y cada 1 de enero, recordad:
El Amor es lo esencial,
manteneos en la paz fraterna,
caminad con alegría por la vida.
Alas de luz dorada,
la plenitud que siento al ver realizada,
mi misión cumplida, el final del camino,
la paz deseada.
Alas de luz dorada
me rozaron hoy el alma.
Alas de luz dorada,
por fin tu mano, Santiago,
Alas de luz dorada,
me transportaron a Casa.
(© Autor: María José Pérez Bailez. Registro obra en Safe Creative).
jueves, 19 de diciembre de 2013
Transformaciones
Mi padre murió
con 42 años cuando yo tenía 4 años, era verano y faltaban dos días para las
fiestas del Santo Patrón del pueblo, por cierto, también sería la celebración
de su santo. Pero no sólo perdí a mi padre, me alejaron de mi madre y de mis
cuatro hermanos, además de perderme la llegada de mi hermana pequeña 4 meses
más tarde, porque en aquellas circunstancias se decidió que lo mejor era que me
fuera a vivir con unos tíos de la capital que no tenían hijos. El alma elige
marcos escénicos donde desarrollar su destino y, con los años, he ido
aprendiendo que la vida es un don maravilloso por el cual doy gracias, pero ha
hecho falta tiempo, mucho tiempo (que como decía mi abuelita Ana “nos lo da Dios de
balde”) para alcanzar esta alegría y gratitud de mi corazón y de mi alma. Ahora
sí, ahora puedo decir con el Dr. Hew Len (Hooponopono): “La vida es un regalo de la divinidad para arreglar cosas”.
Astrológicamente
la conjunción del Sol y de la
Luna en Acuario y en quincuncio con Plutón y Urano en Virgo
podrían focalizar la atención en busca de pistas para tales eventos. Es una ruptura
y separación vivida en la infancia -la
Luna- desde la casa taurina de seguridad y nutrición. También
Neptuno se unía a esta danza señalando una serie de trabajos a realizar por la
mente y el corazón.
Hablo de
separación por causa de un fallecimiento, de la muerte, de uno de los procesos
de transformación por el que en esta vida podemos experimentar los cambios.
Estos hechos me influyeron sin lugar a dudas, en mí quedó un anhelo sobre todo
de añoranza por la madre, una mamá a la que podía ver en vacaciones, momento de
encuentro con la familia, pero de quien debía despedirme año tras año. Encuentro
y despedida. Creo que esta experiencia me hizo sentirme idealmente ligada en profundidad
a mi madre y a su pérdida de marido, tanto que durante muchos años de mi vida
temía enamorarme y que llegando a la edad de mi madre tuviera que afrontar la
pérdida de pareja, como si la sombra de una profecía se proyectara en mi vida
creada por mis miedos y carencias. Sí, puedo decir “el problema es un recuerdo
que se repite”, y yo luchaba por que estos recuerdos no me condicionaran en mi
vida. Así que cuando llegué hacia los 40 años empecé a conocer a mujeres
viudas, inevitablemente nuestros caminos se cruzaban y cada encuentro provocaba
en mis tripas un retortijón y una angustia. Pero no estamos aquí para sufrir
inútilmente, creo sinceramente y me lo repito como decía aquella canción que
escuché y canté en aquellos grupos carismáticos cuando tenía veintitantos años
que “Cristo tomó mi carga y la arrojó al mar para nunca más recordar”. Escuchar
al Dr. Hew Len diciendo lo mismo pero con otras palabras ha sido un gozo para
mi ser. Porque gracias a Dios podemos efectuar una transmutación de los
recuerdos en los que nos atascamos, él puede borrarlos y así alcanzamos el
estado de infinitamente cero, libre.
http://www.amazon.es/%C2%BF-Y-si-somos-estrellas-ebook/dp/B00HCIR9HK |
Quiero
presentaros este libro de una de mis amigas del alma, Yolanda es una compañera
de camino con quien tengo la oportunidad de compartir muchísimas
experiencias y vivencias, y que me ha ayudado a
liberar mis miedos gracias a su experiencia tan intensa. La conocí en uno de
los cursos de formación de sanación para “sanadores” y enseguida mi alma la
reconoció. Era viuda (y que esto no constituya ni mucho menos una etiqueta), recientemente viuda en aquel entonces, y procesando su
vivencia. Esta novela que os presento con muchísimo cariño no es sólo la narración de unos datos, de unos hechos, la
historia que recoge el libro es el proceso de una mujer que experimentó la
muerte y la pérdida de su marido y esto la condujo por caminos insospechados en
busca de luz, de comprensión, de perdón, de reconciliación, de encuentro, de
sabiduría, de amor. Hay mucho más que a través de la lectura del libro podréis
descubrir y percibir, tal vez resuene con vuestras propias vivencias.
La vida es
continuo cambio dentro de unos ciclos, el día y la noche, las estaciones del
año, los ciclos de los planetas, y si algo vinimos a recordar aquí a través de
los sentidos es a experimentar y vivir en plenitud el Amor, la esencia de lo
que estamos creados cada uno de nosotros.
Hay vidas muy
marcadas por los planetas transgeneracionales (Urano, Neptuno y Plutón). Cada
uno de nosotros trae una herencia y ciertos temas que están pendientes de
resolver. Para concluir anoto estas indicaciones que nos dejó el astrólogo Dane
Rudhyar respecto a Plutón (La dimension
galactique de l’astrologie): “Para resumir el sentido fundamental de todos
los procesos plutonianos: nos fuerzan, a menudo sin piedad, a desvalorizar o a
abandonar toda manifestación de la vida de superficie y a sumergirnos en las
profundidades de la experiencia humana tan lejos como nos lo permita nuestra
condición mental, afectiva y espiritual.”
A todos aquellos
que estáis buscando más allá de la vida de superficie os invito a la lectura de
este libro.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
Al servicio de la humanidad
Si estuviste muy
cansado hace poco, si casi tiras la toalla, si casi te apagas… ¡es a ti a quien
hoy me dirijo!
Porque no
obstante sabes y sentiste la chispa divina que te nutre y que te hace partícipe
de una energía de expansión, de las ganas de experimentar, y del deseo de amar
formando parte de la red de Vida que somos cada uno.
“El otro día
sentía que mi cuerpo estaba muy cansado, tremendamente cansado, como si se
estuviera apagando, igual que la llama de una vela que llega a su fin. Algo en
mí se apagaba pero mi conciencia permanecía intensamente viva y alerta, era
pura energía, fuerza, visión, en contacto con mi sentir y con mi cuerpo. Me
preguntaba adónde iba a ir en busca de paz y sosiego, y por qué no encontrar
esa paz y sosiego en este cuerpo. Aquí y
ahora una vez más. ¿Por qué no? La expresión del amor y la gratitud a la gran
obra divina en la cual estamos sumergidos y que sentimos a través de nuestros
sentidos, de nuestro cuerpo, es posible a través de físico. Este cuerpo que
puede respirar, que puede oler tantos y diversos aromas del campo, de las
flores, de las plantas, de los árboles, el aroma de la montaña, el aroma de la
niebla, de la madera. Este cuerpo que puede recibir a través de la retina el
impacto de la luz y percibir tantos colores y formas, el de las nubes
difuminadas ayer tarde, el amarillo de los árboles en este otoño avanzado. Este
cuerpo que puede tocar y a través del tacto experimentar la suavidad de la piel
de un perrito, de un gato, la humedad de las plumas mojadas de un pato, que
puede sentir en los labios la suavidad de las plumas de un canario o un
gorrión. Este cuerpo que puede saborear una exquisita tarta de manzana con
crema inglesa caliente y helado. Este cuerpo cuyos pies pueden saltar por la hojarasca
que deja en los suelos los fríos y vientos del otoño. Que puede abrazar un
árbol y sentir su inmensa fuerza de arraigo en el bosque. Que puede ser bañado
por la luz del sol y que recibe la irradiación de los árboles y del cielo azul,
de las estrellas en la noche sintiendo el mágico e imperturbable poder de la
naturaleza. Este cuerpo que recibe la fuerza del agua que se adapta por donde
se desliza suave y silenciosamente o por donde corre. ¿Adónde ir que pueda
experimentar algo tan magnífico la conciencia a través del cuerpo? Todas estas
sensaciones producen tal gozo en el corazón, ¿adónde ir que el corazón pueda
saltar de alegría por la belleza que experimenta el cuerpo? Este corazón alegre
capaz de emanar entonces al planeta en agradecimiento y al Universo alegría y
amor, agradecimiento al Creador, la
Vida , la
Fuente , Dios, según cada cual se sienta más cómodo en
nombrarle.
Sí, almita,
estos momentos de éxtasis recordados en los momentos de transmutación sostienen
tu arraigo. Y sostienen el arraigo y estos procesos las manos de los amigos del
alma con quienes también compartes el trabajo espiritual en estos momentos de
cambios evolutivos que vive la raza humana. Y sostienen el arraigo cada uno de los servidores al servicio de la sanación del alma.
Estamos
desprendiéndonos, estamos levantando de nuestros cuerpos físico, emocional y
mental esas gruesas capas y cargas de dolor y sufrimiento, memorias de las
células que están siendo limpiadas, libres y sin juzgar, libres de prejuicios y
de esquemas que impiden que sigamos avanzando, expandiéndonos como seres
galácticos. Estamos experimentando que es posible, gracias a la comunicación
sincera y abierta, gracias a la expresión del amor incondicional, gracias a la
inteligencia creativa, gracias a la voluntad (Urano, Neptuno y Plutón), la
creación de una nueva sociedad, un nuevo mundo, una humanidad liberada,
predispuesta para permanecer vigilante, vivir eligiendo la autoconciencia
voluntariamente, elegir el amor, la generosidad, la bondad, la confianza, más
allá de un estado “neutro”, que sería no obstante un primordial primer paso.
Lo más
importante es el Amor, este amor que sostiene a la humanidad, este amor con el
que fue creada la humanidad, este amor creativo infinito, constante, eterno, el
amor que siempre hace que esté a nuestro lado la persona adecuada, aun en
medio de nuestras sensaciones de soledad más profundas, no estamos solos. “Pedid
y recibiréis. Llamad y se os abrirá. Buscad y hallaréis”. Acompañados, sí, y no
sólo porque estamos siempre escuchando, si queremos, la voz de nuestra
conciencia, de nuestra alma, de nuestro Yo superior; estamos acompañados, también
porque sabemos que estamos interconectados, que somos vasos comunicantes, que
nada de lo que ocurre más allá de mí deja de serme indiferente. Y que nuestros
corazones saben buscar la senda apropiada para el encuentro.
Respirar,
inspirar luz y amor, expirar gratitud. Inspirar fuerza y vida, expirar
gratitud. Inspirar confianza y fe, expirar gratitud. Y según me vacío a través
de la expresión de mi gratitud me voy llenando imparablemente y constantemente de
Fuerza Cósmica, de energía vital amorosa Divina, la que siempre, siempre, me
nutre y me sostiene. A ti, a mí, ¡a todos!”
lunes, 9 de diciembre de 2013
Hamlet también nos acerca al cielo
Las
bellas líneas que podemos leer a continuación forman parte de la carta que Hamlet
le entrega a Ofelia, a la que se dirige llamándola “el ídolo celestial de mi alma: la sin par Ofelia”, y que Polonio le
lee a Gertrudis mientras ambos hablan de la posible locura que aqueja al inmortal
personaje. El lenguaje de Shakespeare es tan elocuente que, por parafrasear las
últimas palabras del Príncipe de Dinamarca, pronunciadas al término de esta
tragedia, “Lo demás es silencio”.
Doubt
thou the stars are fire;
Doubt
that the sun doth move;
Doubt
truth to be a liar;
But
never doubt I love.
Duda de que las estrellas sean fuego;
Duda de que el sol se mueva;
Duda de la verdad, da crédito a la
mentira;
Mas nunca de mi amor dudes.
Hamlet,
Acto II, Escena 2
Traducción de Ricardo José Gómez
Tovar
http://ricardogomeztovar.blogspot.com.es/
http://ricardogomeztovar.blogspot.com.es/
lunes, 2 de diciembre de 2013
Viaje del corazón a la ternura
¿Acaso se puede vivir sin ternura?
¿Acaso la tierra es capaz de darnos flores sin agua?
Oh, corazón, te permito vivir en la ternura,
expresar y recibir ternura.
¡Ven!
Hoy, mi querido corazón, compañero inseparable,
te escucho.
Salgamos del dolor, de la noche, de las sombras.
Mira,
he preparado para ti un lecho
de sedosos pétalos de múltiples colores
fui recogiéndolos en el jardín pacientemente
delicadamente, según caían de las plantas.
Siguen frescos y llenos de vida,
perfumados y con la fuerza del fuego;
vibrantes y con la fuerza de la tierra,
nutridos por mis delicados besos.
Toma corazón, son para ti
báñate en ellos, cúbrete con ellos
tienen la fuerza y el poder de restaurarte de tus heridas y dolores.
Oh, corazón, qué bello estás tan renovado.
¡Ven!
Ahora quiero conducirte hasta el cielo
en alas del pequeño ruiseñor
y pasearte por las nubes
y acercarte hasta el Sol
y mostrarte los planetas
y presentarte otras Galaxias.
Hoy quiero, corazón, que sientas tu gran poder
el poder del amor que está en toda la creación
irradiando luz, magnetismo, vitalidad.
Ahora, compañero, podemos seguir juntos el camino
la vista en el horizonte
los pies anclados como raíces
entre el cielo y la tierra
tu y yo juntos, caminando por la vida.
¡Oh, corazón!
¡Esto es el éxtasis!
¡Juntos los dos en la serenidad!
Palpitas, lates, bailas rítmicamente,
y mi pecho se llena de poder
y mi mente se siente libre
y juntos podemos realizar casi,
¡CASI CUALQUIER MILAGRO!
¿Acaso la tierra es capaz de darnos flores sin agua?
Oh, corazón, te permito vivir en la ternura,
expresar y recibir ternura.
¡Ven!
Hoy, mi querido corazón, compañero inseparable,
te escucho.
Salgamos del dolor, de la noche, de las sombras.
Mira,
he preparado para ti un lecho
de sedosos pétalos de múltiples colores
fui recogiéndolos en el jardín pacientemente
delicadamente, según caían de las plantas.
Siguen frescos y llenos de vida,
perfumados y con la fuerza del fuego;
vibrantes y con la fuerza de la tierra,
nutridos por mis delicados besos.
Toma corazón, son para ti
báñate en ellos, cúbrete con ellos
tienen la fuerza y el poder de restaurarte de tus heridas y dolores.
Oh, corazón, qué bello estás tan renovado.
¡Ven!
Ahora quiero conducirte hasta el cielo
en alas del pequeño ruiseñor
y pasearte por las nubes
y acercarte hasta el Sol
y mostrarte los planetas
y presentarte otras Galaxias.
Hoy quiero, corazón, que sientas tu gran poder
el poder del amor que está en toda la creación
irradiando luz, magnetismo, vitalidad.
Ahora, compañero, podemos seguir juntos el camino
la vista en el horizonte
los pies anclados como raíces
entre el cielo y la tierra
tu y yo juntos, caminando por la vida.
¡Oh, corazón!
¡Esto es el éxtasis!
¡Juntos los dos en la serenidad!
Palpitas, lates, bailas rítmicamente,
y mi pecho se llena de poder
y mi mente se siente libre
y juntos podemos realizar casi,
¡CASI CUALQUIER MILAGRO!
miércoles, 27 de noviembre de 2013
domingo, 24 de noviembre de 2013
El jinete eléctrico (Sydney Pollack, 1979)
- ¿No te sorprendes nunca?
- Sí.
Tú, tú me has sorprendido.
La esencia de lo
que somos perdura más allá de lo efímero, más allá de la fama, más allá de la
imagen o máscara que presentamos a la sociedad. ¡Y puede ser rescatada!
El jinete
eléctrico es un canto a la libertad y a la dignidad del ser humano, a la
dignidad de todo ser vivo.
Robert Redford
encarna el personaje de un cowboy que durante muchos años fue ganador en
diferentes torneos, y cuyo cuerpo es una exposición de caídas y roturas
sufridas a lo largo de su carrera profesional. Pero la juventud se va, y el
cuerpo deja de responder a tan agitada vida. “Podemos aguantar mucho más de lo
que creemos”, dirá el personaje, pero vivimos en un mundo de límites, y el
cuerpo tiene los suyos. Este personaje llega a su madurez y se dedica ahora a
los anuncios publicitarios, enfundado en un brillante traje de luces deambula
de estado en estado, exhibiéndose ante las cámaras mientras presenta cereales
para el desayuno, eso sí adormecido por los vapores del whisky, del tequila,
del sexo y de los focos de los escenarios. Sin mucho sentido, pero con muy buen
carácter.
Sin embargo,
siempre llega la oportunidad para cada uno, un puente que se tiende para pasar
a otra forma de vivir, a otra comprensión de la realidad, para permitir desde
la conciencia que aflore lo que realmente somos.
Para el
personaje protagonista, es simbólicamente el día que firma definitivamente los
papeles de su divorcio y que descubre en los ensayos que el caballo que va a montar
para el espectáculo está siendo drogado. Es ese momento en que el corazón
despierta, la compasión ha llamado a su puerta. Hay que liberar a la víctima,
hay que despertar la conciencia dormida, hay que volver a los orígenes.
Este personaje
emprende un viaje iniciático durante el cual irá sanando las heridas físicas de
su amigo “Estrella naciente”, le irá preparando para volver a ser libre, para
volver a las montañas junto a los suyos. Durante el viaje, Sonny Steele, nuestro
cowboy de rodeo, también va depurándose, reconectando con lo que él es, algo
más que un decrépito y dolorido cuerpo de luces promocionando un desayuno, algo
más que un robot que genera dinero para la empresa promotora del producto.
Lo que cuenta
ahora es ir recobrando poco a poco la fuerza, la salud (su amigo el caballo, la
física; él, la psicoemocional), ir recuperando el contacto consigo mismo, con
el sentido de su existencia, con su propia valía. El paisaje, los grandes
espacios, las montañas serán el telón de fondo, con las magníficas luces de sus
cielos. Y a lo largo del camino, como siempre, los amigos, aquellos que también
están centrados en su corazón, aquellos que no se mueven tan sólo por el poder
del dinero, y aquellos que también tienen que conectar con su esencia, con sus
raíces -el personaje de Jane Fonda, una periodista televisiva, aquellos para
los que este camino por montañas y valles, esta aventura, también se convierte
en un despertar.
No esperéis, sin
embargo, a raíz de esta transformación, una historia de amor convencional tipo
“y fueron felices y comieron perdices”. Cada cual ha de seguir su camino, cada
cual ha de seguir su vocación. Hay espíritus solitarios y rebeldes que no están
hechos para vivir en los convencionalismos construidos por la sociedad, y su
motivación no es la ambición humana.
Estrella naciente encuentra de nuevo a
su familia equina, encuentra parajes donde poder pastar y vivir tranquilamente
lejos de las intenciones codiciosas y tortuosas de algunos seres humanos.
Y ese muñeco
adormecido y sin rostro que aparece en el escenario, el jinete, ha roto las
cadenas de su silla de montar electrificada.
Anchos
horizontes, infinitas posibilidades, la luz del amanecer anuncia una jornada de
fuerza donde se manifiesta lo más auténtico de cada uno de nosotros.
sábado, 16 de noviembre de 2013
El hombre de astromagnus
Planeta telúrico, de tamaño similar al de la Tierra,
dotado de 3 soles, dos de ellos nocturnos, 2 lunas apagadas y un satélite
incandescente, de formación mucho más reciente. Nombre científico: Astromagnus.
Año de su descubrimiento: 2033. Descubridor: John P. Ginty.
-¿Es cierto que el hombre estuvo allí, Sr. Ginty?
¿Le vio usted? ¿Escuchó sus conferencias?
-Sólo puedo decirles esto: lo que vi y oí no tiene
parangón con ninguna otra cosa…
“Alguien
visitó el planeta Astromagnus mucho antes que sus supuestos colonizadores, los
investigadores de la “1ª Misión Astromágnica Eneas-Lavinio”, alguien que dejó un
particular legado más afín con la enseñanza espiritual que con la instrucción
científica. ¿La identidad del visitante? Desconocida. Su influencia: ampliamente
superior a la de la energía trisolar que caracteriza el territorio”.
“Todo empezó cuando aquel hombre alto y delgado se
bajó de su barca propulsada por átomos de litio y empezó a anunciar, con voz
meliflua y mirada sincera, la llegada de un periodo de paz interestelar. Nos
sentamos a escucharle atónitos, incapaces de apartar nuestros ojos de su
figura, y hasta las lunas extintas de luz parecieron animarse con un brillo
especial”.
“Lo más curioso es que el satélite nunca había estado
ahí hasta entonces. Empezamos a notar su presencia cuando llegó aquel hombre. Y
lo que es todavía más extraño: tras su marcha del planeta, adquirió mayor
incandescencia…”
miércoles, 13 de noviembre de 2013
lunes, 11 de noviembre de 2013
domingo, 10 de noviembre de 2013
Solidaridad
Hoy queremos compartir este enlace. Es un bello mantra que recibí el otro día en mi primera clase de Chi Kung, al final, durante la relajación.
Os invito a escucharlo para que, desde un estado de paz y serenidad, podamos unidos enviar AMOR Y LUZ a todas esas almas que durante el tifón de Filipinas están viviendo experiencias intensas y dolorosas. Unamos nuestros corazones para participar, y también -en la medida en que cada uno pueda- ofrezcamos alguna ayuda material. En todo caso, siempre podemos unirnos, somos uno en el Uno, para facilitar los procesos.
"Nosotros nos ignoramos a nosotros mismos y a menudo andamos en busca de peligros que las potentes inteligencias nos niegan por nuestro bien".
"Noi che ignoriamo noi stessi, andiamo speso in cerca del pericolo che le potenti intelligenze ci negano per il nostro bene".
(William Shakespeare , Antonio y Cleopatra)
sábado, 9 de noviembre de 2013
Las estrellas en mi recuerdo
¿Recordáis aquel verano de noche despejada, durante los días de vacaciones, fuera de la gran ciudad, disfrutando en la casa de campo o de la playa, recordáis aquellos instantes sublimes en los que sentados o tumbados contemplábais el Cielo?
Aquel olor a campo, a trigo, a árboles frutales, el cantar del riachuelo. El cantar de las ranas a lo lejos en el silencio y en la envolvente y apacible oscuridad.
¡Aquellas estrellas amigas del alma!
Aquí siguen, caminando con nosotros y continuando su gran labor a nuestro lado. Permitamos a nuestras amigas escuchar la voz de nuestro corazón. ¡Abréles tu corazón! Y después, como en aquellos instantes del recuerdo, recojamos sus mensajes, en la muda noche, en la serena noche. Es nuestra oportunidad para entrar en la paz, este mágico instante:
Las estrellas son agujeros por los que se filtra la luz del infinito.
(Confucio)
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Si puedo impedir que un corazón se rompa, if I can stop one heart from breaking
If I can stop one heart from breaking,
I shall not live in vain ;
If I can ease one life the aching,
Or cool one pain,
Or help one fainting robin
Unto his nest again,
I shall not live in vain.
I shall not live in vain ;
If I can ease one life the aching,
Or cool one pain,
Or help one fainting robin
Unto his nest again,
I shall not live in vain.
sábado, 2 de noviembre de 2013
Conversando con mi alma
Alma mía, vengo a visitarte. Soy
un corazón en busca de tu sabiduría, de la luz que emanas en tu conexión con la
Fuente de Amor Divina en la que bebes aguas de paz y dulzura.
Soy un corazón inquieto en
un mar emotivo turbulento, me asaltan las dudas y me siento confuso.
A veces mis decisiones y mis elecciones
me hacen sentir culpa y miedo. Culpa porque elijo aquello que a los seres queridos
no les conviene, respecto a mi modo de vivir y mis necesidades, respecto a mis
valores actuales, a la posición que he decidido tomar para seguir mi camino en
armonía conmigo mismo. Soy un corazón que no quiere hacer sufrir a ninguna criatura,
pero oh, Alma mía, tampoco puedo permitirme sufrir yo, tampoco puedo vivir en
la angustia de negarme a mí mismo para llenar las carencias de otros, para
colmar sus expectativas, para estar siempre disponible ante sus respuestas.
Alma mía, ¿cómo aquietar este
calor que me encoje? La presión es difícil de soportar y no puedo respirar. Siento culpa respecto a estas decisiones en relación al otro, y en relación a mí
mismo, porque a su vez, si cedo, me traiciono.
Necesito luz y sabiduría en
medio de esta soledad y de esta duda. Alma
mía, bien sabes que deseo el bien para todas las criaturas, máxime para
aquellos con quienes comparto el camino. Ayúdame a salir de este remolino de
confusión y tormento.
“Oh, lindo corazón, nada temas.
Entra en mi ritmo. Que tu cuerpo ponga su mano derecha sobre el pecho y tu mano
izquierda sobre el vientre. Respira suavemente, inspira y escucha el tintineo
del cielo que los ángeles crean con campanillas estrelladas, cascabeles de
flores y crótalos de haces dorados. Expira suavemente y libera tu congoja,
relaja tu cuerpo con cada espiración, suspira y libera. La Madre Tierra
sustenta tu cuerpo, siente su energía ascender por los pies hasta ti. Siente
también el Cielo, rayos luminosos bañan tu cabeza y llegan hasta ti. Acoge en
tu interior estas energías del Cielo y de la Tierra.
Este es tu rincón de sosiego y
silencio en el que nos encontramos y llenamos la mente de pensamientos de paz y
bien, de perfumes de delicadas flores que envuelven todo tu ser.
Corazoncillo tierno y sensible.
No cargues con el peso de todos tus actos como si fueras los cimientos que sustentan el mundo. Cada ser humano, cada corazón, ha de sustentarte en la energía del
Amor Divino, ahí está su fuerza. Cada día, y más en los momentos de tormenta, es necesario
permitir al corazón estos momentos de sosiego y de encuentro.
Tu intención y tu voluntad están
orientadas hacia el bien y te inspiras en la Energía Divina manifestada a través
de la belleza, de la naturaleza, del mar, de las rocas, de la brisa, del sol,
de la luna, del cosmos.
Mi querido corazón, siente tu
propio espacio en el que palpitas y existes, siente la unidad con cada corazón
formando vínculos con el Amor Divino que os nutre con su vitalidad. Cada ser
amado por ti está recibiendo esta misma energía pura de Amor Eterno, consciente
o inconscientemente. Al igual que tú, cada corazón que amas ha de ir al
encuentro con su almita, y desde ahí con la Fuente del Amor.
Vosotros, corazones, sois
pequeñas criaturas sustentadas por miles de seres de luz que os acompañan,
aunque a veces sólo los invocáis cuando estáis desesperados y perdéis el
equilibrio, pero ellos siempre están pendientes de ayudaros.
Sabes que vivo en esta dimensión
menos densa de Luz pura y de Presencia Divina, corazoncillo, deja que pueda
mecerte y acariciarte como si fueras un bebé, descansa un rato aquí cobijado y
llénate de coraje, regenérate en este reposo.
Eres un pequeño capullo de flor absorbiendo
vitalidad, siente como tus venas se fortifican y refrescan, siente la potente vibración
amorosa del Universo en tu materia densa, siente, siente, siente.
Quédate el tiempo que necesites
junto a mí y, cuando hayas absorbido toda la sustancia vital que necesitas, siéntete florecer poco a poco, siente como tus pétalos se abren y se estiran
poco a poco, siente la luz, el brillo de estos pétalos, sienten como relucen e
iluminan tu pensamiento aquietado o aún algo agitado, siente, siente, siente.
Corazón, esta flor y sus pétalos como alas de pájaro aligeran tu sensación,
eres un corazón libre siempre, tus alas son estos pétalos blancos que irradian
ahora luz Divina.
No te olvides, vuelve siempre a
este centro creado en tu interior, a este santuario de sanación donde
encontrarás guía y renovación.
Corazoncillo, gracias una vez más
por tu visita y por el encuentro con tu esencia de Luz y Amor. Siempre te estaré
esperando, en el día y en la noche. Tu Alma siempre está aquí, en el día a día,
en cada aquí y ahora.”
viernes, 1 de noviembre de 2013
El bello sonido de la infancia
Aunque más tarde saldría de mi error, siempre pensé
que la campana de la Iglesia de Santo Domingo era el timbre de la casa de mis
abuelos. Su sonido arrancaba en algún lugar de mi memoria de niño un millar de
ecos bañados de festiva emoción, veraniegos destellos broncíneos que
anticipaban el gozo de los días que transcurriría en aquella casa habitada por
dos ancianos que, año tras año, me recibían resplandecientes de un cariño que
jamás daba la sensación de mitigarse. Cualquier problema que pudiese llevar a
cuestas, ya fuesen roces con otros niños, asignaturas indigeribles o
desencuentros paternos, parecía disolverse como por ensalmo durante aquellas
vacaciones en casa de mis abuelos, quienes poseían la rara cualidad de poder
otorgar paz a un niño. Escuché aquella campana hasta mi primera adolescencia.
Ahora la oigo en mi corazón cada vez que es verano y recibo el primer rayo de
sol.
Soneto 116 de William Shakespeare (versión en lengua italiana)
(httpwww.light-weaver.comfreemandalas.html) |
Non sia mai ch'io ponga impedimenti all'unione di anime fedeli;
Amore non è
Amore se muta quando scopre un mutamento o tende a
svanire quando
l'altro s'allontana.Oh no! Amore è un faro sempre
fisso che
sovrasta la tempesta e non vacilla mai; è la stella-guida
di ogni sperduta
barca,il cui valore è sconosciuto, benché nota la
distanza.Amore
non è soggetto al Tempo, pur se rosee labbra e gote
dovran cadere
sotto la sua curva lama; Amore non muta in poche ore
o settimane,ma
impavido resiste al giorno estremo del giudizio:
se questo è
errore e mi sarà provato,io non ho mai
scritto,
e nessuno ha mai
amato.
Mi corazón me acompaña siempre
Más allá de mi mente analítica,
pero aceptando sus mensajes, me acerco a la realidad con el corazón, centrada en
mi corazón, escuchándole.
Hoy mi corazón me llevó muy
dentro, estaba dispuesto a aceptar esas emociones que ubicamos en nuestras
vísceras, estaba dispuesto a reconocer y a acoger la ira, la rabia y la frustración como
parte del vivir. Le di permiso para permitir en la calma que fluyeran las lágrimas y aceptar las
emociones profundas como parte del día a día, de la vida cotidiana. El pasado, lejano o más reciente, aportó experiencias que han ido dejado huella. Un año, cien años, mil años atrás, otras vidas, otros paisajes. En realidad
todo ha cambiado tanto en los últimos años, tantos procesos intensos, tantas
vivencias, rupturas, separaciones, finales, nuevos comienzos, dudas, incertidumbre. El
corazón acompaña siempre cada momento, cada escalada, cada caída, cada noche oscura, por cada camino
serpenteando los obstáculos. Y también en cada Valle de Arco Iris Luminoso.
Su música rítmica de fondo
permite a mi mente crear nuevas realidades, tan increíbles a la lógica.
Y lo más bello, una suave y delicada mano está cerca, una mano en mi mano, una mirada limpia, sincera y otro corazón que me acompaña en mis procesos.
Tiempos de cambios constantes,
escuchemos a nuestro corazón y permitamos que su melodía conduzca nuestros
movimientos, permitamos que su canción circule por nuestro interior
conectándonos con nuestra sabiduría, con la Luz que nos permite unirnos y
transformar y transmutar junto con la Madre Tierra las viejas energías. Estamos
creando un Mundo Nuevo, pasito a pasito, de armonía, respeto, belleza,
solidaridad, con conciencia.
Demos la bienvenida a lo nuevo, no hay vuelta atrás, ya nada es como antes, nuestras energías son diferentes. Es el renacer de una nueva vida que vamos creando paso a paso.
Más allá de nuestra mente pero
acompañando a nuestro corazón, miramos de frente, siempre caminos por descubrir se nos desvelan.
Caminante, es tiempo de sanación, conecta con el amor nutritivo de la madre Tierra, con la fuerza de tu centro inamovible, con la Fuente divina
de la que emana constantemente consuelo y paz. Miremos al Cielo. Cerremos los
ojos y permitamos a las estrellas empaparnos con su amorosa luz en la que
vibran millones de partículas que renuevan nuestro ser con cada inspiración. ¡Somos Luz!
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