lunes, 2 de diciembre de 2013

Viaje del corazón a la ternura

¿Acaso se puede vivir sin ternura?

¿Acaso la tierra es capaz de darnos flores sin agua?

Oh, corazón, te permito vivir en la ternura,
expresar y recibir ternura.

¡Ven!

Hoy, mi querido corazón, compañero inseparable,
te escucho.
Salgamos del dolor, de la noche, de las sombras.

Mira,
he preparado para ti un lecho
de sedosos pétalos de múltiples colores
fui recogiéndolos en el jardín pacientemente
delicadamente, según caían de las plantas.
Siguen frescos y llenos de vida,
perfumados y con la fuerza del fuego;
vibrantes y con la fuerza de la tierra,
nutridos por mis delicados besos.


Toma corazón, son para ti
báñate en ellos, cúbrete con ellos
tienen la fuerza y el poder de restaurarte de tus heridas y dolores.

Oh, corazón, qué bello estás tan renovado.
¡Ven!

Ahora quiero conducirte hasta el cielo
en alas del pequeño ruiseñor
y pasearte por las nubes
y acercarte hasta el Sol
y mostrarte los planetas
y presentarte otras Galaxias.

Hoy quiero, corazón, que sientas tu gran poder
el poder del amor que está en toda la creación
irradiando luz, magnetismo, vitalidad.

Ahora, compañero, podemos seguir juntos el camino
la vista en el horizonte
los pies anclados como raíces
entre el cielo y la tierra
tu y yo juntos, caminando por la vida.

¡Oh, corazón!
¡Esto es el éxtasis!
¡Juntos los dos en la serenidad!
Palpitas, lates, bailas rítmicamente,
y mi pecho se llena de poder
y mi mente se siente libre
y juntos podemos realizar casi,
¡CASI CUALQUIER MILAGRO!

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