Nuestro mental es una
fuerza poderosa que aún seguimos desconociendo y utilizando en una pequeña
proporción. Sin embargo, seguimos día a día intentando, gracias al continuo
trabajo por aumentar nuestra voluntad, ir dirigiendo las ideas y pensamientos
que generamos e intentando que las emociones y los sentimientos no bloqueen
nuestro camino hacia objetivos concretos que nos hemos marcado alcanzar.
Así, en numerosas
ocasiones, nos sigue costando seguir camino y emprender nuevas rutas porque
permanecemos atados mentalmente a algunas personas que, sin embargo, van
desapareciendo de nuestro lado. Nuestro corazón podía quedar en la paz y la
alegría que ha proporcionado la compañía tan grata que habíamos escogido
durante el trayecto que anduvimos tan
cerca uno del otro, y así, nuestro ser nutrido por esta experiencia prosigue
desarrollándose y expandiéndose. Pero parece que hay relaciones, y ocasiones,
en las que nuestro mental interfiere con ideas tales como de fracaso, de
abandono, de frustración, de enfado, de orgullo y soberbia al decirnos adiós, al
despedirnos, o al surgir la separación directa o indirectamente. Todos hemos
vivido separaciones, incluso de aquellos seres que ya no están en este plano. Así,
tras varias experiencias de separación en diferentes etapas, nos damos por fin cuenta
de que estamos inmersos en un proceso de purificación y transformación interior
que nos va llevando a niveles de comprensión mayores acerca de nuestra propia
naturaleza y mundo interior, con sus sombras y su luz. Este deseo del alma de
ir sumergiéndose en el Amor incondicional se ha convertido en una motivación
para seguir adelante a través de nuestras vivencias en las relaciones.
Aceptar estas sombras y
estas luces es sumamente importante para la integración de nuestra
personalidad, salir de la dualidad, o tal vez armonizarnos respecto a esta
dualidad interior, y aceptar nuestros procesos de crecimiento, no como algo
aburrido y que nos desgasta, sino que nos va estimulando porque de esta manera
vamos despertando de nuestro letargo e inercia.
En Astrología
observamos las tensiones generadoras de crecimiento, por su gran fuerza, en las
cuadraturas y en las oposiciones. Visto así podemos aceptar que esta tensión
con la que estamos viviendo es una energía sin la cual no podríamos avanzar de
acuerdo a nuestro plan evolutivo. Como mencionaba Dane Rudhyar (L'Astrologie de
la Transformation), las cuerdas de un violín han de tener la tensión adecuada
para poder tocar, ni demasiada tensión ni ninguna tensión. Así nosotros hemos
de ir graduando con nuestra conciencia y voluntad la tensión de crecimiento que
nos proponen los planetas en cuadratura y oposición. Y también esa tensión que
observamos cuando hay una concentración de planetas en un signo, aunque en el
signo opuesto y complementario, el otro lado del eje zodiacal, no exista ningún
planeta.
De todos modos siempre,
siempre recibimos apoyo y ayuda, salir de nuestra sensación o situación de
soledad es una opción nuestra.
Comparto estos bellos
versos que recibí el otro día como un maravilloso regalo, como un néctar
balsámico. Son de una película clásica dirigida por Otto Preminger, Fallen Angel.
Toda una sorpresa para
mí encontrar en una película de cine negro los arquetipos de los planetas
transpersonales (Urano, Neptuno y Plutón) presentes en los personajes
principales. Pero no quiero desvelaros nada más.
Nacimos para recorrer el mundo igual que ángeles
Para buscar el cielo a este lado de los cielos
Pero aquellos que caminan solos caen en la oscuridad
Y pierden la gracia
Y sólo el Amor puede levantar a los ángeles caídos
Pues sólo dos juntos pueden entrar en el Paraíso.