jueves, 18 de septiembre de 2014

Relaciones humanas



Nuestro mental es una fuerza poderosa que aún seguimos desconociendo y utilizando en una pequeña proporción. Sin embargo, seguimos día a día intentando, gracias al continuo trabajo por aumentar nuestra voluntad, ir dirigiendo las ideas y pensamientos que generamos e intentando que las emociones y los sentimientos no bloqueen nuestro camino hacia objetivos concretos que nos hemos marcado alcanzar.
Así, en numerosas ocasiones, nos sigue costando seguir camino y emprender nuevas rutas porque permanecemos atados mentalmente a algunas personas que, sin embargo, van desapareciendo de nuestro lado. Nuestro corazón podía quedar en la paz y la alegría que ha proporcionado la compañía tan grata que habíamos escogido durante el  trayecto que anduvimos tan cerca uno del otro, y así, nuestro ser nutrido por esta experiencia prosigue desarrollándose y expandiéndose. Pero parece que hay relaciones, y ocasiones, en las que nuestro mental interfiere con ideas tales como de fracaso, de abandono, de frustración, de enfado, de orgullo y soberbia al decirnos adiós, al despedirnos, o al surgir la separación directa o indirectamente. Todos hemos vivido separaciones, incluso de aquellos seres que ya no están en este plano. Así, tras varias experiencias de separación en diferentes etapas, nos damos por fin cuenta de que estamos inmersos en un proceso de purificación y transformación interior que nos va llevando a niveles de comprensión mayores acerca de nuestra propia naturaleza y mundo interior, con sus sombras y su luz. Este deseo del alma de ir sumergiéndose en el Amor incondicional se ha convertido en una motivación para seguir adelante a través de nuestras vivencias en las relaciones.

Aceptar estas sombras y estas luces es sumamente importante para la integración de nuestra personalidad, salir de la dualidad, o tal vez armonizarnos respecto a esta dualidad interior, y aceptar nuestros procesos de crecimiento, no como algo aburrido y que nos desgasta, sino que nos va estimulando porque de esta manera vamos despertando de nuestro letargo e inercia.


En Astrología observamos las tensiones generadoras de crecimiento, por su gran fuerza, en las cuadraturas y en las oposiciones. Visto así podemos aceptar que esta tensión con la que estamos viviendo es una energía sin la cual no podríamos avanzar de acuerdo a nuestro plan evolutivo. Como mencionaba Dane Rudhyar (L'Astrologie de la Transformation), las cuerdas de un violín han de tener la tensión adecuada para poder tocar, ni demasiada tensión ni ninguna tensión. Así nosotros hemos de ir graduando con nuestra conciencia y voluntad la tensión de crecimiento que nos proponen los planetas en cuadratura y oposición. Y también esa tensión que observamos cuando hay una concentración de planetas en un signo, aunque en el signo opuesto y complementario, el otro lado del eje zodiacal, no exista ningún planeta.

De todos modos siempre, siempre recibimos apoyo y ayuda, salir de nuestra sensación o situación de soledad es una opción nuestra.

Comparto estos bellos versos que recibí el otro día como un maravilloso regalo, como un néctar balsámico. Son de una película clásica dirigida por Otto Preminger, Fallen Angel.
Toda una sorpresa para mí encontrar en una película de cine negro los arquetipos de los planetas transpersonales (Urano, Neptuno y Plutón) presentes en los personajes principales. Pero no quiero desvelaros nada más.





Nacimos para recorrer el mundo igual que ángeles
Para buscar el cielo a este lado de los cielos
Pero aquellos que caminan solos caen en la oscuridad
Y pierden la gracia
Y sólo el Amor puede levantar a los ángeles caídos
Pues sólo dos juntos pueden entrar en el Paraíso.






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