sábado, 11 de octubre de 2014

Bendito y amado amiguito del alma



“Como la flor de loto que se mantiene plana y resplandeciente por encima del agua sin necesidad de ir en contra de las olas”, mi querido Cedric, así estás ahora en tu nuevo estado, este es el paso que has dado en tu transformación el día 9 de este mes en que celebramos la fiesta de San Franscisco de Asís, tan amado y tan especial para nosotros.

Guru Teg Bahadur, el gurú (asociado a este número) de la tranquilidad y la serenidad.
A pesar de esta Luna Llena en el signo de Aries (energía, fuego), en conjunción con Urano (lo repentino, cortes, separaciones), el Sol iluminaba el signo de Libra (armonía y equilibrio). Querido amigo, AMIGO, cúanto te mereces este tu nuevo estado de Nirvana. ¡Bendito seas por estos 9 años y pico de amistad compartiendo tu vida con nosotros. ¡Gracias! Gracias por todas las señales que desde el Jueves (día dedicado a Júpiter) nos estás enviando para ir procesando y aceptando esta separación, pero siempre estarás en nosotros, en nuestros corazones, más todavía, Cedric, ¡formas parte de la historia de nuestras almas!


En inglés antiguo o galés tu nombre es “Cerdic”, bondadoso, amado. Así ha sido tu amistad con nosotros, has sido bondadoso y te hemos amado como al Rey de la casa, “el más amorosín”, bellísimo periquito que has llenado nuestras existencia con tus alegrías, tus juegos, tus cotorreos, tus mimos y nos has acompañado en tantos cambios, en tantos caminos, a lo largo de tantas etapas de evolución en nuestras vidas durante estos años.

¡Cuántas Bendiciones, cuánta Gracia! ¡Cuántas sincronías!

¡Gracias a los amigos y familiares que han estado tan cerquita estos días! El proceso de duelo tras la muerte es necesario. Gracias también a las flores de Bach por ayudarnos con su sutil  energía a caminar por este sendero de aprendizaje, para introducirnos en el camino de la Fe sublime.

Tras las lágrimas, tras la tormenta, siempre viene la calma. Las risas, el gozo sereno.

Te dedicamos y te recitamos, con todo nuestro corazón, con todo nuestro amor, estos versos de un poema de Giacomo Leopardi:

“La quietud tras la tormenta”


Ha pasado la tormenta
escucho gorjear a los pájaros y a la gallina
que vuelven al camino.
Resurge un cielo sereno por el poniente
sobre la montaña, claridad en los campos
y allá en el valle se ve el río.
Cada corazón se alegra y en todas partes
reaparecen los rumores
se continúan las rutinas habituales.

Ahora el Sol regresa y sonríe.

Todos los corazones se alegran.

Oh, generosa naturaleza
éstos son tus dones, éstos los deleites
que tu regalas a los mortales.
Es una alegría para nosotros salir de la pena.”



¡Senza fine, Cedric! ¡Siempre con nosotros! ¡Te amamos, ser libre! ¡Continúa tu vuelo radiante y en paz y alegría!





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