viernes, 1 de noviembre de 2013

Mi corazón me acompaña siempre


Más allá de mi mente analítica, pero aceptando sus mensajes, me acerco a la realidad con el corazón, centrada en mi corazón, escuchándole.

Hoy mi corazón me llevó muy dentro, estaba dispuesto a aceptar esas emociones que ubicamos en nuestras vísceras, estaba dispuesto a reconocer y a acoger la ira, la rabia y la frustración como parte del vivir. Le di permiso para permitir en la calma que fluyeran las lágrimas y aceptar las emociones profundas como parte del día a día, de la vida cotidiana. El pasado, lejano o más reciente, aportó experiencias que han ido dejado huella. Un año, cien años, mil años atrás, otras vidas, otros paisajes. En realidad todo ha cambiado tanto en los últimos años, tantos procesos intensos, tantas vivencias, rupturas, separaciones, finales, nuevos comienzos, dudas, incertidumbre. El corazón acompaña siempre cada momento, cada escalada, cada caída, cada noche oscura, por cada camino serpenteando los obstáculos. Y también en cada Valle de Arco Iris Luminoso.

Su música rítmica de fondo permite a mi mente crear nuevas realidades, tan increíbles a la lógica.
Y lo más bello, una suave y delicada mano está cerca, una mano en mi mano, una mirada limpia, sincera y otro corazón que me acompaña en mis procesos.

Tiempos de cambios constantes, escuchemos a nuestro corazón y permitamos que su melodía conduzca nuestros movimientos, permitamos que su canción circule por nuestro interior conectándonos con nuestra sabiduría, con la Luz que nos permite unirnos y transformar y transmutar junto con la Madre Tierra las viejas energías. Estamos creando un Mundo Nuevo, pasito a pasito, de armonía, respeto, belleza, solidaridad, con conciencia.

Demos la bienvenida a lo nuevo, no hay vuelta atrás, ya nada es como antes, nuestras energías son diferentes. Es el renacer de una nueva vida que vamos creando paso a paso.

Más allá de nuestra mente pero acompañando a nuestro corazón, miramos de frente, siempre caminos por descubrir se nos desvelan. Caminante, es tiempo de sanación, conecta con el amor nutritivo de la madre Tierra, con la fuerza de tu centro inamovible, con la Fuente divina de la que emana constantemente consuelo y paz. Miremos al Cielo. Cerremos los ojos y permitamos a las estrellas empaparnos con su amorosa luz en la que vibran millones de partículas que renuevan nuestro ser con cada inspiración. ¡Somos Luz!






No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por participar!