martes, 11 de noviembre de 2014

Regresando al origen

Imagen de: Andreas Tille



Ahí estamos, en el mar infinito de las emociones, flotando, sintiéndonos bloqueados en un estado provocado por diversos sentimientos: enfado, miedo, rencor, rabia, pánico, cansancio emocional, ira, desesperación, inseguridad, desconfianza, abatimiento, resentimiento... Nos sentimos como un bloque de hielo, paralizados, inmóviles, flotando a la deriva tal vez...

Sin embargo, todo pasa...

Las emociones fluctúan. Pero pueden "secuestrar" mi recuerdo, recordar quién soy, de dónde vengo, adónde me dirijo.

Sin embargo, YO puedo elegir, puedo realizar un "cambio".

Ahí brilla el Sol, detrás de las nubes, en el firmamento está y seguirá estando el Sol, su Luz, su Calor. Puedo conectar con esta energía que siempre está ahí, la única con capacidad para liberarme de esta prisión rígida de hielo, puedo dejarme fundir y fluir en el mar de las emociones, diluir mis sentimientos en ese Océano que la Luz Divina mantiene con su Aliento. Puedo sentirme evaporada por la Fuerza del Corazón Divino y unirme al Corazón Amoroso que todo lo crea y sostiene. Ahí encuentro de nuevo la fuerza, la paz, la serenidad, la alegría de ser amada eternamente.





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